CAMPANARIO C.F. 1 - SP HERRERA 2
¡¡Al Loroooo... que no estamos tan mal!!
Por fín llega la tan ansiada y buscada victoria fuera de casa, a costa de un rival directo como es el Campanario, equipo que nos tuvo contra las cuerdas desde que consiguió el 1-2, y que de no ser por los palos y SAN JUAN RAMÍREZ, hubiera conseguido el empate, pues hubo minutos de verdadero asedio a nuestra portería, que nos hicieron aplicarnos de lo lindo.
Claro está, que no hubiésemos conseguido la victoria sin un gran trabajo colectivo, sobre todo en la primera mitad, donde nos bastaron 10 minutos para ponernos 0-2 en el marcador.
Alineación:
Juan, Francis, Pedro, Aitor, Ricardo, Pirro, Risquillo, Rubencito, Isidro, Raúl y Abdoulaye.
Suplentes:
Juanma, Juan Carlos, Iván y Pacheco
Cambios:
Juan Carlos x Raúl (Min. 65)
Iván x Isidro (Min. 80)
Pacheco x Rubencito (Min. 86)
Juanma x Abdoulaye (Min. 89)
Goles:
0-1 Raúl (Min. 1), 0-2 Abdoulaye (Min.10), 1-2 Pichi (Min. 63)
Tarde soleada pero fría en Campanario, a la que se sumaba en un principio el viento, que por suerte amainó durante el calentamiento. Bastante afluencia de espectadores, la mayoría locales, aunque también se desplazaron alrededor de una veintena de los nuestros, a los que les estamos muy agradecidos por su asistencia, pues lo crean o no, anima el saber que no estás solo cuando juegas fuera de casa.
A pedir de boca nos salió la tarde, pues como habrán comprobado anteriormente, nos adelantábamos en el minuto 1 por mediación de Raúl, que hace el 0-1 batiendo por bajo al portero ante su salida, aprovechando un gran pase al hueco de Risquillo, que había aguantado varias tarascadas que intentaron pararle. Tremenda alegría y asombro generalizado en el banquillo, pues muy pocas veces se da que tengamos una ocasión y la marquemos, tal y como hizo ayer Raúl.
Con este buen "feeling" comenzábamos de nuevo otro partido totalmente diferente, que nos exigía el doble si cabe, que si hubiésemos ido empate, pues, por un lado, podíamos caer en la relajación que hiciera que el marcador obtenido se volviese en nuestra contra, y así provocar un aluvión de fútbol local, y por otro debíamos cerrar filas rápidamente para no permitir opciones al rival.
Por suerte, Campanario se quedó algo tocado con el gol y mantuvimos el control del juego sin complicarnos la vida, con el único objetivo de conectar en rápidas contras con las "tres balas" formaban la línea ofensiva, Risquillo, Abdoulaye e Isidro.
En una de ellas, Risquillo aprovecha un error de la defensa local para abrir a banda a Isidro, quien tras una gran galopada, y desde fuera del área grande, pone un perfecto pase a la frontal del área pequeña, para que Abdoulaye, que había dejado atrás a todo el que intentó seguirle, marque el 0-2, al primer toque y a bote pronto. Gol de bella factura y complicado a la vez, pues no es fácil manejar y colocar un balón que viene tan fuerte en el césped artificial.
Tremendo mazazo el que asestábamos a los locales, que veían como su única esperanza el intentar irse al descanso con un gol menos de desventaja. Para intentar evitarlo, y quizás inconscientemente, retrasamos algo nuestra línea defensiva, lo que creaba un gran hueco entre estos y la medular, y propiciaba que esos balones que caen en esa zona, fuesen controlados por el rival, que en mi opinión, y con algo de precipitación, insistía demasiado en lanzamientos lejanos a portería que no entrañaban peligro para Juan.
Defendiendo con seriedad y sobre todo, sin descuidar ni un momento a Pichi, jugador estrella del Campanario, con el que Aitor y Ricardo tuvieron tarea, no nos olvidábamos de nuestras "gacelas", afanando nuestros esfuerzos en aprovechar la defensa adelantada de los locales para conectar con ellos e intentar sentenciar el encuentro. La primera vez que lo pudimos hacer fue con Isidro, que deja atrás a su marcador, pero estuvo torpe ante la salida del portero, que llega antes que él al balón que botaba a la altura de la cabeza del Pelocho.
Y la segunda, que merece más largo comentario fue de Risquillo, calcada a la anterior, pero en esta ocasión recibiendo un brutal rodillazo en el pecho fuera del área por parte del portero. En primera instancia, el árbitro deja seguir, pues Isidro corrió hacia el balón para intentar meterlo en portería, pero al ver que no llegaba el árbitro pita falta. Todos nos quedamos asombrados cuando el trencilla, que no tuvo su mejor tarde, saca solo tarjeta amarilla al cancerbero, consintiendo con esto, que un jugador que había hecho méritos más que suficientes para irse a la caseta, lo primero, por cortar una ocasión manifiesta de gol y lo segundo, por la fea entrada, siguiera disputando el encuentro.
No contento con esto, deja sin sancionar ni tan siquiera con tarjeta amarilla, una patada por detrás a Rubencito sin balón, y sin embargo amonesta a nuestro jugador por un agarrón reiterativo anterior.
Y culminó su obra, esta vez a instancias del asistente, pitando una cesión a favor de Campanario en nuestro área pequeña, en una jugada donde interpreta como tal, un bote del balón que golpea en la rodilla a Aitor, ¡¡amonestando con ello a Juanito por cogerla!!. Se lanzó la falta, sin consecuencias, aunque amonesta a Risquillo por adelantarse en la barrera y manda repetir, pero ahora coloca el balón ¡¡¡¡en el punto de penalti!!!!, cuando la posición inicial era pegada a la línea de fondo, indicando ante nuestras protestas, que "el balón se coloca aquí porque lo mando yo"... Por suerte, el segundo lanzamiento golpeó en el larguero.
Tras estos desaguisados, conseguimos irnos al descanso con nuestra portería a cero, sabedores que tendríamos que trabajar mucho para llevarnos los tres puntos, y ya no solo luchar contra once.
Tras el descanso, hubo unos minutos que el partido lo tuvimos donde queríamos, muy frío, sin apenas noticias del Campanario, pero a partir del 55 aproximadamente, los locales tocaron zafarrancho a nuestra portería, principalmente en continúas subidas de su lateral e interior izquierdos, que llegaban con verdadera facilidad a las inmediaciones de nuestro área, colgando centros que por suerte no encontraban rematador, y si lo hacían, no entrañaba gran peligro.
Hasta que en otra jugada de ataque, esta vez en un pase a la espalda de la defensa, su número 9, Víctor, creo que se llama, consigue bajar el balón francamente bien y lanza a portería. En primera instancia Ricardo logra interponerse en el disparo, pero el rechace le llega a Pichi, que esta vez consigue batir a Juan de tiro cruzado, poniendo el 1-2 en el marcador.
Corría el minuto 17, y todos sabíamos lo que nos tocaba, que no era otra cosa que esperar un acoso y derribo constante de un buen equipo, que no se desesperaba en llegar arriba, pero cuando lo hacía, entrañaba serio peligro. Así, y casi siempre a balón parado, nos pusieron en bastantes apuros, llegando a dar hasta dos veces al larguero, y en otra más clara, Juanito salvó el empate en dos soberbias intervenciones seguidas en la misma jugada, donde primero consigue sacar a bocajarro un remate desde dentro del área y después, se queda con el balón entre sus pies tras un posterior remate.
Por nuestra parte intentábamos salir a la contra con Isidro y Risquillo, pero no con tanta claridad como en el primer tiempo, y casi siempre, sus galopadas eran abortadas antes de pisar área, aunque también, obligamos a su portero a aplicarse a fondo en un par de disparos pegados al palo que este despejó en buenas intervenciones.
El tiempo se iba agotando y pareció que Campanario cejó en su empeño por empatar, posiblemente por el cansancio acumulado de intentar empatar el partido con tanto énfasis en la segunda mitad, pero todavía tuvo un par de ocasiones al final para conseguir el segundo. Una, la más clara, en la que Pichi roba un balón a Aitor en la frontal, en un plantillazo del que el árbitro nada quiso saber, que estrelló en el larguero y la otra, en un disparo lejano, que en principio no llevaba peligro ninguno, pero que se envenenó al bajar, que hizo que Juan desviase a córner in extremis.
Tras cuatro minutos de prolongación, se llegó al final del partido con la consiguiente alegría visitante, y la satisfacción, otra vez, del trabajo bien hecho. Por primera vez, y por fín en esta temporada, existe una correlación entre esto último y los resultados obtenidos fuera de casa.
Destacar la buena acogida que nos brindó la directiva local y la deportividad reinante en el partido y como no, felicitar al pueblo de Campanario por las fenomenales instalaciones de las que gozan. Por otro lado, animamos a una rápida recuperación al chaval cadete, Antonio creo que se llama, que se fracturó la pierna jugando una pachanga de críos tras el partido.
Tomamos mucho aire, y escalamos un puesto en la clasificación, ahora somos octavos, quedando distanciados en 7 puntos de los puestos de Promoción de Descenso y solamente a 2 de los puestos de Promoción de Ascenso. Lo malo ... es que el PRÓXIMO SÁBADO, en jornada adelantada por las Elecciones, nos visita el líder, un Castuera que viene de perder con el Olympic Peleño, que intentará por todos los medios retomar la senda de la victoria a nuestra costa. Eso sí, seguro que no se lo pondremos nada fácil, pero ojo!!!, dejemos la autocomplaciencia y los últimos resultados obtenidos a un lado, pues si no, y por experiencia, seremos "carne de cañón".
Nos vemos!!!